Navidad
Llegan estos días tan gratos y hermosos, en que recordamos la venida de Jesús al mundo, y nuestro corazón se llena de nobles y bellos sentimientos.
Para quienes hacemos del Comercio nuestra vida, estos días son de dulce y agras
De dulce, porque nuestras actividades se agilizan, nuestras ventas aumentan, y podemos ver en nuestros establecimientos cómo se iluminan los rostros de los niños y se alegran las caras de sus padres y madres, vitrineando o comprando los obsequios.
Se nos acusa se provocar el consumismo, de distorsionar el sentido religioso de la Navidad, ello no es así ya que nuestra labor, que cumplimos con dedicación y cariño, es poner al alcance de todos quienes lo quieran aquellos obsequios que alegran la Nochebuena y hacen felices a los niños.
Por consiguiente, nos sentimos felices, depositarios de esta noble actividad de proveer a quienes lo necesitan.
De agraz, porque nuestro trabajo se recarga, los horarios se alargan, se hacen pesados los días, y para hacer la felicidad de muchos millones, los miles que somos comerciantes debemos renunciar a dedicarle más tiempo a nuestras familias, gozamos de menos libertad de movimiento, debemos cumplir nuestra labor como los consumidores lo esperan y lo piden.
Por eso, dedico esta columna, en primer lugar, a mis consocios de la Cámara y a todos mis colegas del Comercio, así como a sus trabajadores y sus respectivas familias, instándolos a cumplir fielmente sus deberes, a trabajar con entereza, rectitud y fuerza, a servir a manos llenas, como es el norte de los comerciantes.
A todos ellos, un gran abrazo, mis mejores deseos de éxito en sus actividades y un ¡Feliz Navidad! dicho de todo corazón.
Este saludo lo extendemos también a nuestros clientes y favorecedores, a quienes confían en nuestros establecimientos, en nuestras mercaderías, en nuestros esfuerzos por servirlos.
El abrazo y el saludo va unido a un ¡gracias por la preferencia!, por estar con nosotros, por recompensar al querido comercio establecido rancagüino y regional.
Deseo con el alma que, cuando en la Nochebuena suenen las alegres campanas que anuncian el nacimiento del Niño Dios, puedan Uds. estar en sus hogares, rodeados de sus familias, con su corazón alegre y en paz, por haber cumplido como padres, maridos y esforzados comerciantes.
A todos, ¡que el Señor los bendiga!
Rodrigo J. Zúñiga Morales
Presidente
Cámara Regional de Comercio, Servicios y Turismo